La innovación pedagógica ha sido el verdadero motor en las transformaciones de la configuración escolar. Rousseau fue el primero en señalar el ambiente ideal para la escuela al postular el aislamiento del niño en la naturaleza para liberarle de la contaminación social. Bajo este principio, hemos proyectado un espacio positivo, emocionalmente protegido, luminoso y cálido.. Un entorno interior perceptualmente rico, con una amplia gama de sensaciones que favorecen los procesos cognitivos y tiene en cuenta la escala infantil. El exterior se contempla como una prolongación de las aulas donde el niño podrá recibir los estímulos de la naturaleza. Interiormente se perciben dos escalas : la del adulto y la del niño. Se propone un esquema en peine cuya espina principal alberga los usos comunes y de ella parten unos tubos de una única planta que albergan las diferentes aulas clasificadas por edades. Cada tubo se identifica con un color de tal forma que el niño aprende rápidamente cual es su gusano, su espacio privado.