La ubicación del campus situado en el encuentro de la estructura urbana y la topografía en ladera de la vaguada de las Llamas supone buscar una solución a un límite no resuelto entre paisaje natural y artificial. El campus se sitúa entre dos cotas mirando hacia el parque de las Llamas. Proponemos crear una ventana hacia ese paisaje sin obstaculizar las visuales con nuevas edificaciones al uso. Nuestra propuesta se entierra, se hunde y emerge poniendo de manifiesto la condición inclinada del terreno como sucede en algunas intervenciones de Land Art. Planteamos una arquitectura oculta ,ordenando el campús mediante tres grandes surcos longitudinales excavados en el terreno. El primer surco se concibe como una franja de relación estrecha con la ciudad, generando un área cultural. El segundo surco se concibe como un espacio más íntimo, centrado en el estudio y la reflexión. Por último el tercer surco tiene caracter dotacional, albergando en su interior una zona deportiva y las viviendas del campus.