El proyecto reemplaza unas antiguas naves y talleres municipales y se enclava en un ámbito actualmente degradado, sin apenas trama urbana definida y con grandes carencias en infraestructuras y accesibilidad.
La parcela, fuertemente condicionada por sus parámetros urbanísticos, deja poco margen de movimiento para implantar la edificación. Aún así, el resultado urbanístico garantiza la dinamización del barrio, creando un nuevo espacio verde urbano e incorporando el nuevo edificio con la intención de ir generando una trama urbana en este extra-radio.
La parcela se diseña para ubicar el bloque residencial entre dos espacios libres. Por un lado, una zona verde pública que se sitúa entre el nuevo edificio y otro edificio residencial existente, y al otro lado del nuevo bloque proyectado se diseña la zona de acceso y estacionamiento al aire libre de las propias viviendas.
El edificio se configura como un volumen prismático rotundo, de 4 alturas, que se eleva ligeramente sobre un podium para adaptarse al ligero desnivel de la parcela y para garantizar la intimidad de las viviendas que han de situarse en planta baja.
La propuesta arquitectónica se plantea en dos materiales. Por un lado, un material tan tradicional, local y de fácil mantenimiento como es el Ladrillo caravista. Con él se configuran las 3 plantas superiores. Por otro lado, un material menos convencional, la chapa en mini-onda de acero galvanizado, para configurar un zócalo en la planta baja.
La composición de las fachadas se concibe como una sucesión rítmica de huecos abocinados que permite crear un interesante juego de sombras en fachada. Hacia las esquinas, el edificio se hace más rotundo perdiendo los huecos, y en los testeros proponemos un juego de perforaciones para dar una respuesta diferente y funcional a los obligados tendederos.
En la planta baja se consigue transmitir la idea de zócalo mediante el cambio del material, así como la modificación del ritmo de las ventanas en esta planta.
Las viviendas, destinadas al alquiler, se distribuyen mediante dos portales y responden a un programa predefinido en base a la demanda determinada por el promotor. Es decir, 14 viviendas de dos dormitorios y 8 viviendas de tres dormitorios.
El equipamiento interior prima un estilo de vida más actual, potenciando espacios más luminosos y de mayor amplitud (cocinas integradas en los salones) frente a programas más tradicionales.